[ad_1]
Wendy Flores Acevedo, de 42 años, una destacada abogada y defensora de derechos humanos nicaragüense, coordinadora y una de las fundadoras en el exilio del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, quien ha dedicado más de dos décadas de su vida a la incansable lucha por la justicia, la libertad y la democracia en Nicaragua, será homenajeada el próximo 25 de abril, durante la undécima Conferencia Werner Lottje 2024 en Berlín, Alemania, organizada por los organismos alemanes Instituto Alemán de Derechos Humanos y Pan para el Mundo.
Flores, en entrevista con LA PRENSA, indicó que el homenaje que le realizarán “es un reconocimiento a la labor que he realizado ya prácticamente por 22 años, tengo 42 años y llegué al Cenidh cuando tenía 20 años. Han sido muchos años de estar en esta labor como defensora y el reconocimiento tiene que ver con esa labor y el liderazgo que de alguna manera he tenido en el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, donde he sido coordinadora general, y desde donde me ha tocado estar en diferentes momentos”.
“Es un reconocimiento a esa labor que ha significado reconfigurarme en el exilio como defensora de derechos humanos junto con otros colegas, fundar una organización con otros colegas también, y poder tejer un trabajo en equipo, en alianza”, agregó.
Lea también: Haydée Castillo: “Dedico este reconocimiento a mi familia, a la doctora Vilma Núñez, a los presos políticos y a las madres de las víctimas de abril”
El homenaje que recibirá Flores el próximo 25 de abril se lo dedica a su familia, hijos y esposo, que junto a ella han sufrido los embates del exilio forzado impuesto por la dictadura orteguista, desde diciembre de 2018, tras la persecución que se desató contra los integrantes del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), a las víctimas de la represión del orteguismo y a los defensores de derechos humanos, “que hacen una labor invaluable para evidenciar toda la represión que ha ocurrido y continúan sufriendo Nicaragua”.
“Es un reconocimiento que no esperaba. Me impactó, me alegró muchísimo, me hizo reflexionar sobre todo el tiempo que he estado en la defensa de derechos humanos, cómo esto ha impactado en mi proyecto de vida, ya que yo no me miraba en el exilio, obviamente, pero ahora lo estoy y hay que ponerle, en cualquier lugar donde nos encontremos, la esencia de lo que uno es, y esté en Nicaragua o fuera sigo siendo defensora, eso no cambia”, aseguró la abogada nicaragüense.
“Aspiro que nuestro país viva en libertad y justicia”
Resaltó que su esperanza, al igual que la de muchos nicaragüenses, es ver en Nicaragua un cambio significativo, que “nos permita reconstruir el país en dignidad, esperanza, justicia, libertad y democracia”.
Asimismo, remarcó que como defensores tienen claro que la lucha por la defensa de los derechos humanos no ha terminado en Nicaragua. “No hemos ni cedido ni rendido, seguimos haciendo nuestro esfuerzo por mantener viva la voz de las víctimas, los símbolos que nos dejó Abril (de 2018) y por mantener viva esa esperanza”, apuntó.
“Aspiramos y aspiro en que nuestro país viva en libertad y justicia, que podamos ver estos perpetradores de este régimen sometidos a procesos judiciales, condenados por sus actos y responsabilidades penales”, apuntó.
La letrada alentó a las víctimas de la represión del orteguismo, al pueblo, los aliados y aliadas dentro y fuera del país, que “no pierdan la esperanza, que nos mantengamos unidos, en una sola voz, con diferentes tonos, colores, de diferentes maneras, porque nuestra lucha es contra la dictadura”.
Flores, al igual que miles de nicaragüenses, es una víctima del orteguismo y tuvo que exiliarse en Costa Rica, en diciembre de 2018. Huyó de Nicaragua sola, dejando a sus hijos de siete meses y siete años, viajó de forma irregular, por veredas, llevando con ella solo una mochila, en la que cargaba solo un cambio de ropa.
El Cenidh, el lugar donde Flores inició su labor de defensora
Previo a salir al exilio, Flores Acevedo colaboraba con el Cenidh, ilegalizado y allanado por la dictadura en diciembre de 2018. La abogada relató que su trayectoria como defensora de derechos humanos empezó en el Cenidh en el año 2002, cuando aún estaba cursando sus estudios de Derecho en Nicaragua.
Inició sus pasantías en el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, donde se comprometió con el trabajo de acompañamiento a las víctimas de violencia y abusos policiales. Durante sus prácticas, también estuvo involucrada en áreas como violencia contra las mujeres, casos laborales y procesos de justicia penal especializada.
Podría interesarle: Michelle Polanco, la periodista exiliada que encontró un espacio para trabajar en una radio latina en Cleveland
En 2018, durante el desarrollo de las protestas sociales y la represión de la dictadura Ortega Murillo, el compromiso de Flores se vio profundamente probado. En medio del contexto de represión y violencia estatal, Wendy, ya embarazada, con ocho meses de gestación, se enfrentó al desafío de apoyar a las víctimas mientras recibía amenazas y vigilancia por su labor en el Cenidh.
El nacimiento del hijo de Flores, el 22 de mayo de 2018, coincidió trágicamente con la masacre contra la Madre de Todas las Marchas del 30 de mayo de 2018, un evento que recuerda le dejó una marca indeleble en su compromiso con la defensa de los derechos humanos.
En este clima hostil, sobre todo para manifestantes y defensores de derechos humanos, la defensora tomó la decisión de exiliarse en Costa Rica para proteger su vida y la de su familia. Al llegar a territorio costarricense, donde solo tenía una hermana que la acogería, se encontró también con otros colegas del Cenidh, con quienes tuvo que reconfigurarse y decidieron fundar lo que es hoy el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, donde siguen atendiendo víctimas del orteguismo, sistematizando casos de violaciones a derechos humanos y llevando una voz de cada uno de estos ante instancias internacionales.
[ad_2]
Source link